25 de octubre de 2012

Corazón roto de felicidad

                            
                            
 
  Anoche caminaba lo más choto y totalmente en otra por el centro silbando bajito lo que sonaba en mi mp3, hasta que me caí de bruces sobre el adoquinado gracias a un bulto olvidado con el que tropecé en  medio de la vereda. Me cagué en todo mientras me fui  incorporando y sacudiéndome la ropa. Me volví a él y con un dedo curioseé el contenido de la bolsa de papel... ¡Un corazón, coño! Lo saqué con ambas manos, con mucho cuidado, rompiendo los bordes de la bolsa y lo miré descreído. Vívido seguía latiendo. Con los brazos extendidos al nivel de mis ojos no pude contener la tentación y lo estrujé con todas mis fuerzas, manchándome así toda la cara y el pecho con un rezumo de asquerosa, repugnante y dichosa FELICIDAD.
 
 
 

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