2 de marzo de 2012

Azufre, pez y circo. Dos hielos y agua.




  Soy un bloque de bruto azufre del mismísimo infierno, el que con dos dedos y un gatillo humeante simulo apuntando a tu sien la mecha encendida de la revuelta en las calles de antaño. Estoy obligado a ver hacia adelante todo el tiempo y lo finjo muy bien. Están la libertad y el amor esperando a la vuelta de cada esquina, debajo de una mesa, agazapados y expectantes, mientras las paredes gritan, se elevan hasta los cielos rascando el material barato del que están compuestos y cae encima de mi lengua adormilándola.

  -Pasen y vean, señoras y señores… Damas y caballeros del jurado, pasen y vean… acróbatas sin cabeza, malabaristas afiebrados de ensueño, progenitores malintencionados en chalecos de fuerza, mujeres de ingles barbudas y hombres con un par de tetas en la frente, despistes sin igual del payaso Controlremoto y su ayudante de fechorías: el enano Democracio. Un festín trepidante de sucia magia, luz y sonido cuadrafónico para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, esta vez en oferta exclusiva: EL GRAN CIRCO DE TU VIDA…!!!

  Soy el pez gordo que se tragó un anzuelo de hierro impuro sin matizar. El que coletea y se retuerce en el fondo del mar esperando la luz verde que ceda el paso. Soy el que apura el tranco y quiere sacudir esta cárcel de hormigón. La voy a golpear con este martillo de los dioses y haré despertar a los amantes, hembra y macho, libertad y amor, y a su bien más mezquinado: el corazón demente sedado de modernidad.

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