28 de marzo de 2012

Blues de la Libertad del Rey Patricio.


 Se me acercó la Libertad una vez. Te lo juro. Y la sentí tan próxima  como a una caricia de madre. Se me acercó por detrás mientras yo estaba parado de cara al sol en la esquina de la plaza. Se me acercó como una sombra de Mayo, suave y a traición, seductoramente suave y creciente al girar en torno a las campanadas que avisaban la hora del té, y la salida de la oficina.
 Esperando estaba yo, viendo la manera de llegar lejos, como aquellas nubes que lejanas en el horizonte iban viniendo hacia mí por encima de las moles de lo concreto. Venían maquinalmente negras y pomposas como un poema sacro. Esponjosas y negras como vello púbico, como una veta de bronce en bruto.

 Se me acercó por detrás y me dijo al oído: “Allá donde el viento me sople te sabré desembocadura de turbio río, que de las lágrimas se mezcla al mar, donde las penas de la vida líquida se trasmutan en placeres inmortales, allí donde tu noche te será eternamente blanca, te dibujará un rubor en las mejillas, y todo lo que de ahí en adelante quieras te será concedido, salvo cualquier deseo de avanzar descalzo, eso es solo cosa de dioses y de hombres…”
 Me dí la vuelta espantado. Sentí un frío filo de tijera de peluquero en mi espalda que bajaba estremecedoramente, clavando su filosa punta desde las cervicales hasta las temblorosas rodillas. Tambaleante y enfebrecido, girando en torno a mi metro cúbico y apenas sosteniendo  mi estupor, no encontré nada, solo pude divisar una masa informe que ondeaba confusa, como un arroyo suburbano alrededor mío y de las cosas, como un ecosistema de alimañas y basuras flotando en la superficie a merced de una corriente estancada, girando estrambóticamente abrasada a mi polarizada vista. Como un enjambre de bolsas camiseta de supermercado que plateando bajo el inestable sol, tan brillantes y cochinas, parloteaban y se mezclaban con las aves residentes, picoteando un mendrugo de pan salado rechazado al costado de los cubos de basura municipales.


 Un sudor frío empapó mis sobacos.


 La inmensa nube púbica enchapada de negro azabache fué aproximándose hacia donde me encontraba, desplazándose lenta pero certeramente hasta posarse justo encima de mi cabeza, cubriendo al sol con una amarga sombra impenetrable. Iba destilando un repulsivo olor a calamidad al irse acercando. Un olor a tierra mojada con sangre y sudor de lejos, muy lejos, como si desde medio oriente viniera, o quizá de más lejos aún; tratando de digerir en sus entrañas una existencia magra y ácida de pólvora, carne de cañón, opiáceos y oro negro, de los cuáles se dio de alimentar a su fastuoso paso por todo aquello, lo vasto de los conflictos. Olor a purga era, al que estruendosamente le siguió  una cortina de negro líquido gástrico que cayó en baldes, lavando así su estómago sobre mi cabeza. Todo empapado después de la primera ducha, vencido y confundido, me senté en un reborde de escalera para recobrar fuerzas. Me encontraba muy agotado y turbado, jadeando desesperadamente. Sucio, sucio, Sucio. Perturbadoramente sucio. Una vez más respiré, muy hondo esta vez, conteniendo todo el aire que pudieran soportar mis pulmones, y lo mantuve en el fondo “Veré hasta donde llego”, me dije…


 No pasó mucho tiempo hasta que expiré.


 VIVO


 La Libertad de verdad se me acercó una vez, amigo, te lo juro. Y la gente corría desesperadamente buscando refugio de la intensa lluvia que caía a baldazos. Gatos y perros cayeron esa tarde de mayo en Plaça Catalunya. Si… ahí mismo… En esa esquina de la plaza donde pasas todos los días a la misma hora y no te das cuenta de nada.




21 de marzo de 2012

Verbo Fiebre


¿De donde vienes con tanta brisa? Te lleva un resabio por la tangente, resbalas en un renglón sangrado comenzandolo todo de nuevo y adoras. "¿Que fué de tu sueño?", pregunto. Miras de nuevo, doblas el cuello cuando chascas la lengua al posarte sobre otro cuero mojado más, palpitando quizás sin pecho tu curva intransigente. "Ahí voy de nuevo, después... Sola no crezco, me limito a encuadrar sin miras. Rozo lo sensible hasta que me canso". Y así nos vemos. Platea la luna interminable cuando un humor nos envuelve desde las rodillas y hasta la punta de la lengua. La duda me invade sin dejar las riendas. Sigues riendo. Miro a todos lados esperando testigos que no vienen. El agua golpea desde detrás nuestro mientras la arena esboza unos garabatos de luz desde los bares, que al final, se funden con la espuma que va y viene del océano. Es una noche de verano, que inverso, se nos estrella y abarca, nos domina con todo. Te subo. Quiero más vino. Mi charla se sigue pétrea al recibirte muda, solo ríes y besas tan rara y obcecadamente. El silencio nos interrumpe. Solo una brisa salada se oye aún ahora. Y tu suspiro hondo, preñado de contracciones del vino, el galope y las cremalleras liberadas, que me susurra jadeante un verbo al oído: FIEBRE.

18 de marzo de 2012

Waiting for Sun-Sex to come/ Primavera's dreamming



Todo sigue igual de jodido, querido amigo mío. Lo único que le atañe a la esperanza en estos días de gloria, es que detrás de esas nubes tan negras y esponjosas como vello púbico, un flameante Sol-Sexo, expectante y apretando el tan nervioso y contenido billete de 50 en un puño, vaya aguardando un turno inalcanzable, casi, de fecundarnos a todos uno de pies a cabeza con su lluvia dorada. Embadurnados con su leche potenciada en vitamina D, tibia y sudorosa goteando desde esos gruesos y erectos Rayos-Peshetos que pretenden pelear por atravesar el cierre relámpago. A duras penas lo puede contener."Que la farisea primavera se quite el gabán y nos baile un minué encima de la mesa”. “CHICAS, chicas, CHICAS, a los que les manosean..?.: lamerte las botas, besar las bolas chinas, lubricar ese presupuesto de estado”.


"NO PAIN"
 
 
Eso espeta
 
El sol se esconde, no quiere salir en las noticias brillando de incógnito con cierto bulto a mitad de cuerpo donde su figura se matiza con una carpa ambulante. Lo controla todo con una mano desde el bolsillo del pantalón. Él puede con ello. Le ha ocurrido anteriormente y tiene alguna experiencia en ese campo. "(A ver: unas monedas y el Smartphone, un condón con sabor a Cherri Bomba, papel de armar y vaselina)". Se rasca la cabezota como despellejando una ciruela madura, una granada de mano. "Ya viene... ya vienee...Miralo como asoma...JA.". Un delincuente juvenil, campera de cuero. Un suicida. "Mirá, mirá... como se cuelaaa...Parece rajar las nubes como a confecciones baratas... A Los Nuestros, a los muertos...!!! Sálvese el que ceda…!!!"

La fila es extenuante. El Sol-Sexo piensa que quizás le tome el resto del día y tal vez algo más para que lo entiendan. "Se comenta que la Primavera está de vuelta..." "NICE PIECE OF ASS". "La mejor del mojado oeste, Mr Sun-Sex... Una calamidad la mantuvo en bambalinas por unos cuantos meses y ahora solo quiere, implora querer; necesita que la lluevan... Viene seca la lujuriosa... Un faisán goloso, my friend." El sol sigue esperando su turno apretando bien el billete. Algún día se le tiene que dar.... Se le tiene que dar... Algún día. Yo, por lo pronto, me calzo el chubasquero. No vaya a ser cosa que me pille de cuclillas el muy chistoso equinoccio.

16 de marzo de 2012

Iggy Pop, The Idiot (1977)


THE IDIOT fué el debut oficial de Iggy Pop como solista. Fué el primero de los dos LP´s publicados en 1977, ambos escritos y grabados en colaboración con David Bowie, que por ese entonces había grabado su disco LOW, obra primera de su famosa trilogía de Berlin. El dúo comenzó con su maquetación hacia mitad de 1976, justo antes de que Bowie comenzara con la grabación de su álbum. Algunos expertos tienden a especular que en realidad THE IDIOT fué el originalmente primer experimento de Bowie en su período en Berlin, ya que se hace muy notable su influencia en el mismo, teniendo en cuenta lo que publicaría a posteriori como solista, y particularmente observando las texturas electrónicas, el tratamiento de los efectos de sonido y su atmósfera introspectiva. Iggy pop, por su parte, venía de cerrar un ciclo con su banda de ese entonces, The Stooges, de haberse reinventado bajo la tutela y producción artística de Bowie en Iggy Pop & The Stooges con su fantástico album RAW POWER (1973), y de seguir siendo una estrella decadente del underground neoyorkino.
En su momento Iggy describió este album como "una mezcla de James Brown con Kraftwerk", que se hace patente en la canción que abre la lista de reproducción, Sister Midnight, con riff de Carlos Alomar, asiduo colaborador de Bowie en su etapa berlinesa. Ésta pieza enlaza una letra de sueño lisérgico escrita por Iggy con una maraña sonora de ambiente futurístico en tempo siderúrgico. Le sigue Nightclubbing, grabado después de una sesión de estudio con Bowie al piano y una máquina de ritmos acompañandolo, Iggy Pop compuso la letra en tan solo 10 minutos, describiendo lo que significaba salir cada noche a vivir la Berlín nocturna. China Girl trata de la obsesión de Iggy con la amante del actor Jaques Higelin, donde ella misma colabora introduciendo los Shhhh.... que se oyen. La versión que grabaría David Bowie en su album Let´s Dance (1983), ganaría más en popularidad y en producción sobre todo, llegando a adjudicarse el premio de los Mtv Music Awards como mejor canción del año, galardón que el mismo Iggy Pop se encargó de recibir en nombre de Bowie. Funtime es una composición proto-gótica-punk, empapada de sonidos electrónicos, para la que Bowie pidió a Iggy que intentase cantarla "como Mae West". También mucho caben de destacar Dum Dum boys por su ambiente hard-rockero decadente, como extraído de la banda sonora de una película de los hermanos Coen, donde se homenajea con un lamento nostálgico a sus ex compañeros de andanzas en The Stooges. El disco concluye con Mass Production, una pieza electrónica muy avanzada a su tiempo, como el mismo album al completo en sí, que alcanzó el puesto Nº30 en las listas británicas y el 70 en el chart americano. IMPRESCINDIBLE.



12 de marzo de 2012

Diario del león y la marmota (parte 1, El León)



Ahí viene el candidato de nuevo, con el torso desnudo y un arco de triunfo entre las piernas, sostenido únicamente por unos mástiles satisfactorios de un flash que enceguece. París estaba tan linda que le dio una cagadera de perros. Desde el Louvre, la cinta transportadora lo llevó al cementerio donde las viejas glorias se revuelcan en el lodo y una espesa y húmeda calima pende sobre ellas. Hundió un dedo en el fango al recién entrar, mientras trató de estrangular esa sensación de conquista perdida en la pierna entumecida. Venció el carraspeo de rodillas, ante la lápida de una vieja gloria de bronce. La siente retorcerse entre las raíces del ciprés, como una anguila en la orilla universal de un río, como una piedra en el riñón, un dolor en los huevos, o como un pensamiento caduco. Y todos los que pasaron a su alrededor flotando a un palmo del suelo lo vieron así como estuvo, caminaban rodeándolo y riendo, hundiendo sus narices en los cuellos de sus gruesas gabardinas. Desde lo alto, un rayo que se coló rajando la espesura les frunció la mirada, todos están muertos, atónitos por el paso del tiempo que va como un viento que de los charcos viene, sumergidos con la nariz en Sopor Nº 5 y en tréboles de cuatro hojas, transportando la ignominia a un invierno ecuatorial del negro y sudoroso almizcle de las consecuencias nefastas. Los muertos muy estirados siguen ahí, muertos e ilustres desconocidos, premiados por la sublime voluntad en vida de ir descalzos por la vereda del sol, contemplando como una placa recordatoria anida en casi cada esquina de la ciudad y las enciclopedias. Se los imaginó colgados de un cielo raso, bamboleándose cual condecoración en el pecho, que a estas alturas, ya ni sus pensamientos ni sus tormentos valen lo que su peso en silla de ruedas. El candidato gana. Existe. Respira y bufa una vez más al electrificar sus movimientos. Un angelito rosado y regordete pende del cuello de aquella estatua que señala al cielo, y por delante, pudo ver a los canallas, tomando la tierra ya conquistada con un escozor que les enciende las nucas rojas. Borrachos, beodos saltimbanquis flotando en una pata, conjugaron los flashes en un caleidoscopio donde las obras monumentales, los soldados desconocidos y los pies salados, confusamente, al costado de todos los ríos del mundo se recopilaron fundando civilizaciones. Y el Sena ha sido una catarata de ideas desde siempre. Simples ideas de vívidos resquemores que al final fueron a desembocar en un inmenso mar muerto a escobazos, al que todos los barcos extendiendo velas han ido en zozobras a hundirse sin más. Pero hay elefantes que sostienen este mar y todas las cosas. Lo hacen plano y artrósico a este mundo, al mantener a toda costa la idea primigenia de obtusidad, que es tan redonda como la última cena del Cristo, en la que todos los actores cumplieron con su función, y los traidores, apenados de su suspicacia, al verse ellos mismos desde ojos vacuos en la esquina negra del miedo donde las enfermedades se curan con sangrados en este sórdido vértice de la encrucijada existencial, se mutaron en unas sanguijuelas apestosas que te chupan el alma como si de cabezas de camarones se tratara, chupeteándose los dedos que se huelen desde la legua, para mezclarse con los fluidos estomacales de los gatos sacros de Notre Damme, jurando multiplicar los panes y los peces como un lobo su inocencia, como si ante la paleta sin ganas de un maestro pintor sin luz se encontraran. El candidato juró lealtad cortándose un dedo, ofreciéndoselo a su sanidad. Caminó solo de vuelta, pero bien acompañado esta vez por él mismo. Compró unas baratijas en Montmartre y las guardó en su joroba. Vió caer el sol hacia algún lado fundiéndose con la estela de los edificios en el Pont-Neuf, clavándose en la memoria de los siglos de las luces. Su día fue satisfactorio en principio. Aprendió que está solo. Y esa misma noche, ya de vuelta en el hotel, un saludo y una larga alfombra gris lo condujeron al elevador, habitación 315 en Montparnasse, con vista al patio interno y a una inmensa torreta de telecomunicaciones. Abrió la ventana, encendió un cigarrillo, y apoyando sus codos en el umbral de la ventana dejó que el rumor del exterior le refrescara los recuerdos de aquella experiencia que acabó de vivir esa misma tarde, tan vulgar e impersonal y obtusa, que de tan subyugante, le dejó la mandíbula desencajada y colgando de un hilo de baba. Se incorporó y apoyó un hombro al dintel, borracho de éxtasis, así es que esbozó una sonrisa como un cuarto creciente. Que feliz y deslizante se ocurría.” París está que se sale… Hoy es sábado noche y ya cobré… 20 euros la mamada… Suena interesante… Tal vez le pida al recepcionista ese número de teléfono…”

8 de marzo de 2012

Reflexión sobre dos cabreados



Mis vecinos del piso de abajo fueron padres por primera vez. Genial. Me encanta pensar que la llama de la ilusión todavía da pelea por apagarse. Son una pareja muy copada, muy enrollada y de nuestra edad, digo, de la edad de mi mujer y yo. Con nuestras mismas aficiones... treintañeros. El otro día me lo crucé al novel padre en el ascensor. Lo felicité con un apretón de manos y mis mejores deseos. Sonrió. Se arreglaba el pelo y fregaba la barba de dos días. Reía muy fuerte. “Gracias, gracias, tío.... lo que sí, no sabía que daban tanta guerra por la madrugada...” Lo noté por sus ojeras. Dá la casualidad que el momento álgido del despertar del vecinillo se produce a la misma hora en la que suelo despertar a conciencia todas las mañanas. A puro berreo. Con una jeta que te cagas. No me incomoda, como ya lo he dicho, suelo levantarme a esas horas y no afecta mi descanso. “Ya me deshice del despertador, tu niño es más puntual que un grupo de jubiladas para el chocolate con churros”, bromeé con él. “Jajajaja... sisisi... debe ser algún gen suizo perdido de la familia, nen....juajuajua...”
Pensé en las casualidades, en las similitudes que yo, un pelotudo de 33 años y un recién nacido podemos compartir. Pensé y comparé nuestros estados de ánimo a esa misma hora común de nuestro despertar, nuestro comienzo formal del día, ese pistoletazo de largada cotidiano que te avecina al mundo ahí afuera. En mi caso, fuera de las sábanas y siempre renegando a despegarme la almohada para encarar la carnicería en el patio, dándole una oportunidad más al estado de bienestar, con un ojo abierto y un pié buscando la esquinita fresca de la cama entre pensamientos alocados que corren como un chorro de agua, en ese estado semiconsciente donde el grifo solo escupe estados perfectos de ensoñación y tal vez el mundo gira en comunión por fin con las cosas. Y en el suyo, fuera del útero materno, donde se estaba tan de puta madre hasta que un hijo de puta le dedicó una nalgada y le dió a nacer, cortó el cordón y... Ale, chaval, bienvenido.... VIVE...!!!, y trata de existir... Lo envolvieron en un trapo para que no apeste cuando se cague encima y lo hicieron socio del Espanyol. Socio nº 100.000, habitante registrado nº 7 mil millones y pico, cuenta de Twitter y bla bla bla... Entonces llegué a esta rotunda conclusión que nos une mucho, nuestro gran común denominador, entre un hombre de 33 años y un recién nacido, entre un individuo ya educado y formado, a un pié de la madurez, a un paso de la mediana edad, y este nuevo ser con todas las experiencias nuevas por asimilar y aprender, con esa divina lagaña que los inocentes se resisten a entregar y que la sociedad, si no es a bofetadas, es a través de mensajes subliminales, se empeña en inculcarles la gran doctrina para ser un adaptado en toda regla, orgullo de la comunidad moderna, visión despejada del futuro incierto: los dos tenemos hambre y estamos muy cabreados por la mañana. Y las causas son las mismas.

Publicado por Creatura Fanzine (febrero 2012)

7 de marzo de 2012

De como cancelé mi suscripción a la resurrección aquella noche de frente polar. Homenaje a Jim Morrison.



La banda sonora del apocalipsis. Un chamán enfundado en cuero negro escupe bilis al estrellato en una pose eterna de chico-poster, sueño todavía húmedo de veinte generaciones de quinceañeras. Fué este el gran poeta americano?. Fué él un gran cantante de jazz, de rock, de BLUES... negro, como su ensortijado pelo azabache?. Fué éste el enfant-terrible, juglar misógino del fin de las palabras, sumido en trance, retorciendo la prédica apocalíptica?. El público pidió su pellejo y él se lo ofreció tirándose de cabeza, dejándose manosear y mandándolos a callar con su napalm desde la entrepierna. Ese mismo fuego gris que sus retinas aceptaron solo como a una gran generación perdida en miles de camisetas con leyendas urbanas. Perdida en los grandes éxitos de la trasnoche visceral, en esos primeros sueños en tecnicolor contra las guerras de nervios, el frío polvo de mármol romano de los tabiques y la retórica cavernícola. Ese chico salvaje, tan lleno de gracia, vió la sangre en las calles de Los Ángeles avisando del fin de Dios. Advirtiendo de la soledad del individuo, que danza y aúlla en celo al cuarto creciente. Haciendo el amor en una colina pentagramada, entre serpientes, cancelando de lleno la suscripción a la resurrección, a la intención de perdurar en el consciente con un pié en la puerta de la percepción.
Pero me lo confesó todo al oído… tenía unos amigos ahí dentro, donde se resucita y se vive otros mil años. Y no se disponía a ir solo. Solo debíamos correr. Corrí, y corrimos con él. Tú, él, Jim, Jimbo, Lizard King… Ahora huelen mal, huelen a violetas resecas en tu caja de madera enterrada a dos metros bajo tierra de suelo francés, a bolsa de huesos y a sexo premenstrual. A cocina de almas. A viejo y ceniciento vino revuelto en la tierra blanda del otro lado donde quebrábamos en llanto, cuando el sexo era lícito y las plegarias encendían el fuego quemando los libros dorados. Tal vez su presencia ahora ronde por las calles y nadie lo note en su anestesia, o quizás su ánima se estanque en las humedades del amanecer, filtrándose por el alcantarillado y haciéndose summum en el fondo de la botella de algún vagabundo buscando cobijo en alguna esquina anónima, bajo un frío de perros corregidor e implacable de Febrero, mirando atónito el devenir de las consecuencias en implacable aproximación, nítida y tan limpia ahogándose en la saliva de los consejos de guerra y en el grasoso lubricante de los rulemanes que hacen girar los carros de compra. Sumido en un sopor entre arapos, un frente polar y mugre y sonrisas desdentadas. Y espero no les falte de refugio a mis hermanos libres esta noche helada. Ni un tabaquito barato ni una petaca de 20/20, ni un poema que les haga saltar en el tremendo fin de los días. Se lo ruego a quien me oiga, desde aquí mismo, dibujando un barco solar, esta palabra que se recuerde en su piedra labrada en bronce con tu nombre y tus fechas. Cementerio Pierre Lachaise, donde yace el griego sueño apocalíptico de este niño prodigio, el tremendo poeta inconcluso de la edad maldita. Y desde aquí, y hasta el resto de los días, preparándome para nadar hasta la luna… PUEDO HACER CUALQUIER COSA QUE QUIERA.

6 de marzo de 2012

A imagen y semejanza



  Y la claustrofóbica noche negra dió paso a un interminable despuntar, comenzando con grises muy apagados, como si de un esbozo de principiante se tratara, sin formas distinguibles desde la penumbra. Mientras tanto, plateada e inanimada, desde contorneantes trazos gruesos muy chapuceros, sin perspectiva ni razón de interpretarse, el creador iba proporcionándole formas, pliegues y tripas a la última y más significante de sus obras. A esta altura, muy similar a un grueso bloque de mármol que con el tiempo, y el oficio del artista que despunta la obra desde la original creativa, forja ese concepto de figura inolvidable dándole rienda suelta a su visión irrefrenable, magnífica e irreprochable, tan perfecta en cada detalle, en cada pliegue, y armónica en su desarrollo. Esta masa informe de vida apagada, tan solo un ensayo nublado de la realidad en el pedestal, iba siendo plena transcurriendo su gestación, majestuosamente perfecta desde su concepción mientras ganaba formas. Y a la vez, siendo de proporciones tan ínfimas que solo una gota de rocío la aplastaría como a una cucaracha hundiéndole toda su bota en la cabeza. Y así mismo el creador quería que fuera: magníficamente vulnerable, parte del todo sin persistir, armoniosamente distinguible de la demás creación por sus particulares cualidades que la harían única y rotunda, mortal y dominante, inteligentemente mística, completa sierva de su mentor.
  Entonces, mientras se permitía amanecer rotundamente, extendiéndose la luz poco a poco por todo el espacio visible, y mientras los tonos iban ganando color y su protagonismo se iba haciendo patente, las tonalidades iban ganando más y más contraste, más volumen; tanto más sus ruidos y asperezas correspondían con las maneras de los ciclos vitales. El todo seguía, a simple vista, siendo todo lo mismo. Lo que un árbol fué ayer, siguió siendo un árbol. Y con el amanecer toda la creación armoniosamente se prestó tan dispuesta a dejarse envolver por esa inmensa luz que iba asomando desde aquel horizonte, que así también despertó a toda la flora y fauna de su letargo para hacerse parte indispensable de la perfección. A ser parte de los ciclos y de los elementos.
  El creador de todo esto se hizo llamar Dios. Y hasta el mismísimo Dios, frente a su tanto magnífica como insignificante y vulnerable última nueva obra a punto de acabar, saboreando esa miel que solo la satisfacción deposita en las bocas, extrañamente mezclada con una pastosa baba seca azufrada que le enjugaba las comisuras; después de semejante trajín, de tan exhaustiva creación a imagen y semejanza, se presentaba tal cual era, nimio, diminuto también al ver sus manos sucias. Tan sediento y tan orgulloso, tan perfectamente mortal y desnudo, que el simple hecho de imaginarse a sí mismo refugio místico de su creación, su consuelo o su principal miedo, le dibujaron unos cuernos en la cabeza que horrorizado contempló ahí coronando su alargada sombra desde el amanecer, al girar su cabeza a contraluz, delante de ese sol rojo que asomaba desde aquel horizonte. Entonces, y solo así, al hombre le dio vida de un golpe. Y le proveyó de humanidad, acabando así exhausto al final y sin poder evitar que un amargo cargo de conciencia le perturbara su descansar en el séptimo día.

5 de marzo de 2012

Lo reveladoramente sucio de caminar hacia un destino




Iban dos caminando muy afirmados el uno del otro, enlazados por el brazo. Yo iba detrás de ellos, tratando de dominar el paso largo, apresurado por llegar a algún sitio. Tal vez iba al trabajo, no lo recuerdo muy bien, quizá llegaba tarde a una cita, pero lo más probable en esos tiempos fuese que llegara tarde una vez más al trabajo. Otro trabajo más. Otra vez llegando tarde. Siempre llegando tarde a todos los lados donde fuera. Y qué perdida de tiempo es llegar tarde al trabajo, sobre todo...! Jajaja... Trabajo, trabajo... Tarde, tarde... Ese mediodía se presentó anticiclónico sobre mi cabeza, no pensaba en otra cosa en ese instante más que en arribar lo más pronto posible a mi destino sin importar como. Y ahí estaban estos dos, frente a mí, caminando tan apaciblemente, tan solo como las parejas que dan un paseo del brazo por el centro lo hacen. Apresurando más el tranco los rebasé como un relámpago por uno de los flancos hasta ubicarme a uno o dos pasos por delante, mientras, no pude evitar oír parte de la conversación que llevaban. Hablaban en voz alta: "Dale, Cris, hablemos...", oí implorante ella, "¿De qué hablaremos? ¿Te parece de lo bueno, lo verdadero y lo hermoso? ¿O quizá sobre lo feo, lo malo y lo más verdadero aún...?", contestó preguntando él, también acompañándolo con un irónico movimiento de cabeza y arqueando leve y espasmódicamente la espalda, lo cual me llamó de tal manera la atención que inevitablemente giré la cabeza en torno a ellos, a sus caras y sus gestos, distrayéndome completamente del ensimismamiento cabizbajo hacia donde la falta de tiempo y el destino implacable me estaban conduciendo indefectiblemente. De tal manera y lo suficiente para encontrarme de repente, pisando con toda mi talla 43 de calzado, una monstruosamente desproporcionada montaña de chorizos de mierda que algún hijo de puta olvidó o no quiso levantar de la acera esa misma mañana cuando sacó a su elefante de compañía a pasear. ¿Fue este un aviso?

2 de marzo de 2012

Azufre, pez y circo. Dos hielos y agua.




  Soy un bloque de bruto azufre del mismísimo infierno, el que con dos dedos y un gatillo humeante simulo apuntando a tu sien la mecha encendida de la revuelta en las calles de antaño. Estoy obligado a ver hacia adelante todo el tiempo y lo finjo muy bien. Están la libertad y el amor esperando a la vuelta de cada esquina, debajo de una mesa, agazapados y expectantes, mientras las paredes gritan, se elevan hasta los cielos rascando el material barato del que están compuestos y cae encima de mi lengua adormilándola.

  -Pasen y vean, señoras y señores… Damas y caballeros del jurado, pasen y vean… acróbatas sin cabeza, malabaristas afiebrados de ensueño, progenitores malintencionados en chalecos de fuerza, mujeres de ingles barbudas y hombres con un par de tetas en la frente, despistes sin igual del payaso Controlremoto y su ayudante de fechorías: el enano Democracio. Un festín trepidante de sucia magia, luz y sonido cuadrafónico para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, esta vez en oferta exclusiva: EL GRAN CIRCO DE TU VIDA…!!!

  Soy el pez gordo que se tragó un anzuelo de hierro impuro sin matizar. El que coletea y se retuerce en el fondo del mar esperando la luz verde que ceda el paso. Soy el que apura el tranco y quiere sacudir esta cárcel de hormigón. La voy a golpear con este martillo de los dioses y haré despertar a los amantes, hembra y macho, libertad y amor, y a su bien más mezquinado: el corazón demente sedado de modernidad.

1 de marzo de 2012

VIVA YO !!!!



Tengo los pies rojos e inflamados de tanto andar. Esta ciudad es tan aburrida y tan poblada como cualquier otra en la que antes haya podido estar. Tan desalmada, tan ruidosa y tremendamente anónima, que he llegado a plantearme definitivamente quedarme aquí. Entre el caos vivir como uno más. Me rindo. Seré un aplicado ciudadano más que compre en cuotas, que vea el futbol codificado en casa y escupa al suelo cada vez que se nombre al presidente de gobierno. Basta de tanto caminar ni leches. Basta de tanto darle vueltas al asunto de la existencia. Quemaré todos mis libros por eso. Pagaré 20 euros por un corte de pelo que me beneficie, o quizás, tal vez me plantee el acudir a una de esas clínicas de caída de cabello a que me hagan un trasplante de esos que te quitan de un lado y te cubren en otro. Me apuntaré al gimnasio, a clases de body pump, o mejor... esas tan cool de spinning donde se conocen a gentes tan enrolladas que siempre tienen amigos, o amigos de amigos que consiguen entradas para los mejores boliches. Basta de apatía, de contemplación y búsqueda de la identidad. Basta de psicología, de vacaciones baratas con presupuesto ajustado y domingos de comida casera. Basta de rebeldía, de inconformismo. La identidad está ahí afuera, al alcance de un clic, loco. De un WASSSAP. Si, me rindo. Lo dejo. Me quedo acá cuidando de mi jardín invernadero. Los demás que se vayan a la mierda. Yo ahora me voy a alquilar la última de Vin Diesel y de paso pasar por la oficina de telefonía móvil a cambiar mi tarifa. Quiero internet para cagarme a tiros con mis compañeros de misión a todas horas y ver a las calentorras del porno-tube. ¿Mi chica? A la mierda también. Ya bastante caída está… Y hay tanto pibón ahí afuera.... Mmmmm, nene... Ahora sí que lo siento.... fiuuu faaaaa... Que calor me sube por la espalda...!!! VIVO, TÍO.... VIVOOOOO. Y VIVA YO...!!!!!