29 de noviembre de 2012

Me fuí



  Entramos los dos a la cocina uno detrás del otro casi al mismo tiempo, ella por delante. Me senté en la silla de madera que estaba junto a la mesa del mate y no quise emitir palabra. Teníamos que hablar de algo por lo que me llamó aparte, para que lo hiciésemos en privado. Ella quería cerciorarse de que había oído bien lo que le había parecido oír con el café después de la cena. Estaba aturdida. Me agarró del brazo ni bien el viejo me saludó de buenas noches y me acarició la frente como buscando fiebre y me aconsejó de hombre a hombre: "Pensalo".
   Dándome la espalda, comenzó a fregar los platos en silencio, esperé que ella fuera la que hablase primero. Empezó con la ollita de la pasta y después con la sartén de las milanesas sin decir nada. Antes de lavar la sartén de las milanesas, filtró el aceite restante y lo guardó para otros usos en un frasco de mermelada que siempre deja dentro del horno. Abrió el agua caliente y un  poco la fría para que no se le hincharan las manos. Fregaba y fregaba encorvada, en todo momento yo mantuve la respetable distancia. Noté como ese pelo un poco canoso cortado a la nuca se le balanceaba mientras le daba a la faena, masticando la congoja y esperando el momento de que ya no lo aguantase más y me lo preguntase y esperase una respuesta madura de mi parte, la que esperaba oírme, recapacitando en mi decisión, retractándome. Pero siguió sin decir nada raspándole el hollín a la sartén. Me crucé de piernas y te juro que por un momento  una duda me sobrevoló por dentro. Ella pareció percibirlo al vuelo, se dio la vuelta de repente y con los ojos más celestes que he visto en mi vida me preguntó:
   -¿Es verdad que te vas?
   -Si, vieja, ya compré el pasaje-
 
 
 

23 de noviembre de 2012

Chistes muy malos

                          
  Hay uno de mi trabajo que es insufrible. Cuenta chistes malos todo el tiempo que siempre le celebramos por no hacerle sentir mal. Él se lo toma muy en serio esto de caer bien a todos con sus chistes, se le nota que pone mucho empeño en la selección del adecuado y el momento preciso de contarlo. Es muy hábil en esos menesteres, hay que reconocérselo, y es un as en materia de omnipresencia y claridad en la modulación de las palabras. Pero los chistes son muy malos, muy fuera de lugar, como encontrarle una frase de Sartre impresa a una tarjeta navideña musical de los chinos. Nada que ver. Y todos nos reímos y festejamos sus ocurrencias pero en el fondo queremos matarlo, queremos que se calle de alguna forma violenta, que pare de contar chistes malos después de cualquier cosa que ocurra, de cualquier frase, de cualquier acción. Y está metido siempre en las conversaciones de los demás. Es infumable. Y lo peor es su voz. Su voz es como de mujer. Una mujer de la alta sociedad, además, que pronuncia muy adecuadamente las fonéticas arreboladas de las erres y las eses. Te mira de soslayo y siempre parece oler a mierda. Nunca se le nota la caspa en las solapas de los trajes de saldo. Siempre va peinado para atrás, bien afeitado; camina rápido, muy rápido, porque le gusta estar en todos lados para mandar alguna muletilla socarrona o contarle un chistecito corto al oído de alguno de sus empleados. Es re pesao el colega. El otro día despidió a uno y se le cagaron de risa en la cara.
 
 

9 de noviembre de 2012

Una buena idea



  Crístian Bertolo ha inventado el programa más exitoso de la web. Es un programa por el cual se pueden retocar fotos célebres del rock n´ roll utilizando cualquier tipo de cara. Es muy fácil de utilizar y está disponible para todos los operadores, para Windows, Apple, Linux… El proceder es muy sencillo. Consiste en retratar una cara cualquiera utilizando una cámara especial que toma todos los relieves particulares de cualquier facción,  la reduce a toda esa información en una larga ecuación de ceros y unos que pasan a suplantar las facciones originales de los populares retratados, y en pocos minutos lo tienes listo. Es una compleja cámara digital y multifocal la que se utiliza, muy sofisticada, que se incluye en el costoso precio final de la compra del programa, con su descarga y la concesión de los permisos de uso que no te voy a detallar ahora mismo por temor a atomizarte con tanta cháchara. Una vez instalado el programa en tu ordenador, se puede navegar por las muchas carpetas de archivos fotográficos para elegir la estampa que más te guste, donde se pueden encontrar, entre las más destacadas, las célebres fotos de los Beatles en la época de Sgt Pepper´s, la famosísima de Jim Morrison comiéndose la cámara sumido en éxtasis o la de Madonna, para el público femenino, perpetuada con los dos conos puntiagudos de la época de Erótica. En cualquiera de las fotos que elijas y pagues por sus derechos de explotación podrás estampar tu horrendo careto. Es increíble. Y en la página web oficial de descarga directa hay varios testimonios de anteriores usuarios, blogs de los administradores y mucha información corporativa. Hay de todo. Cosas muy locas se ven en el apartado de usuarios. Vi, me acuerdo, el resultado de una trucada que mostraba a un chino de cara redonda recostado al lado de Yoko Ono en Ámsterdam, sosteniendo un cartel que reza BED PEACE con barba y pelo largo y vestido de pulcro blanco, por ejemplo. Cosas por el estilo. Solo hay que imaginárselo y seguro lo encontrarás. Hay cosas bastante bizarras también. ¿Un negro de labios gruesos hinchándosele la vena del cuello, y con el lóbulo de la oreja derecha atravesado por un alfiler de gancho, gritando anarquía en el reino unido con los ojos saliéndoseles disparados de las órbitas?. Si, claro. Y el programa es muy exitoso. Es el invento comercial del momento. Ya están vendidas exitosas franquicias multimillonarias en toda Europa, en Estados Unidos y en Japón; los chinos en estos momentos están pujando la exclusividad de la explotación de los derechos de su uso y comercialización en el Asia continental con los rusos, que no ceden ni un milímetro en la puja por las ofertas que llegan a ser astronómicas, según la revista Forbes del último Agosto. Cristian Bertolo inc. tiene sede en Silicon Valley, California, y desde el año pasado cotiza en la bolsa de Wall Street.  Este tipo es un genio, este Cristian Bertolo. Es lo que opino y no soy el único. Un auténtico visionario.  
   Imagínate, puedes personificarte en la silueta de Jimi hendrix cuando quemó la guitarra en el Monterrey Pop o ser el Elvis de jailhouse rock que lo rompió todo. Imagínatelo, tus facciones, tus mismas y personalísimas facciones, siendo parte del mito, de esas memorables instantáneas que adornaron todas las paredes de la historia del rock y de la cultura pop mundialmente conocida como contemporánea, para ser, limitándose el usuario a dar unos cuantos clics, inmortalizada con tu jeta de mamerto y decadente mamarracho fuera de onda y de todo sentido. Imagínate la foto de tu vida, la que te marcó para siempre desde que la colgaste por primera vez en tu habitación de adolescente y hasta que te fuiste de casa y la arrancaste con bronca de hacerte mayor de edad para no volver nunca de los nunca más a ser el mismo de antes. La foto grande del poster que te retorcía las tripas de intriga cuando se colaba la luz del pasillo por debajo de la puerta, solarizando la cara drogada del ídolo en la pared gris de esas profundas noches con la música de radio de trasnoche pegada a la oreja, cuando tú intentabas hacerte eco de la impenetrable noche del suburbio cerrando los ojos e imaginándote libre, parte de los disparos que se oían a lo lejos, parte de la erección de la mañana siguiente, del desdén que te provocaba todo ese rechazo que soportabas del sexo opuesto por ser distinto, que te haría más fuerte al llegar la malograda mayoría de edad que no querías y la penosa responsabilidad de ser uno más en la carrera desesperada por supervivir en este mundo de mierda del que te ha tocado ser parte. La foto que te ha marcado para toda la vida, trucada con tu estampa de anti-héroe maduro y obsoleto a estas alturas, demasiado actual por la extraña y decadente experiencia de verte joven y rebelde y eterno como siempre quisiste ser y no te dejaron. Y el resultado final, es una foto que en absoluto nada tiene que ver a las grandes expectativas que habías invertido en los resultados, los que te envían enmarcados por correo certificado a tu domicilio desde California, y que nadie, y te aseguro nadie, conocerá ni tendrá noticias de que exista, porque te daría tanta vergüenza de mostrar tu tan poco glamuroso asemejo con la estampa de Iggy en la portada de Raw Power que por eso la mantienes escondida, muy escondida, fuera del alcance de cualquier conocido o amigo de la adolescencia o relativo bajo cinco llaves, en una caja fuerte de un banco suizo muy importante, seguro y respetable.