Sé que se está bien aquí. Estoy a 2000 años
luz de casa. En una especie de castillo nepalí construido al borde de un
acantilado futurista, sentado en el centro de un salón inmenso, abovedado y con
mala acústica. Hay unos calvos vestidos con togas multicolores que se pasean
sonrientes y comedidos preguntándome si estoy bien, todo el tiempo. Lo hacen
con un ridículo acento francés:
¿Está usted bien, Monsieur Bertolo? cualquieg
cosa que jequiera nos lo hace sabeg. Jecuerde que aquí estamos para ayudagle.
Se me abalanzan ante cualquier movimiento que
hago y les resulte inconveniente, sobre todo cuando me friego la nariz con
insistencia; algún pelotudo dejó el aire puesto a los topes y no paro de
moquear una aguilla molesta que les resulta prueba suficiente para acosarme con
semejante despliegue de molesta diligencia.
Llevo un cinturón blanco atándome la túnica naranja de los sagrados maestros,
estoy descalzo, veo un reflejo en el ventanal que me proyecta calvo, flaco como
una parca, barba espesa y canosa, larga y cuadrada como la de los bustos
griegos. Hay reproducciones de cuadros de Miró colgadas en las paredes de la
sala, budas y luzbelitos sobre pedestales de distinta altura ante una gran
reproducción de un cristo calvo, muchas velas encendidas en candelabros de seis
brazos y como línea músical hay un grandes éxitos de los Doors puesto en
shuffle como lo tengo pedido.
Buenas!! Soy Lluís Llurba, hoy o ayer hablamos en Facebook. He estado leyendo tus relatos y poemas, tienes una forma de pensar diferente a la mía, escribes ideas interesantes y con buena pluma.
ResponderEliminarNos mantenemos en contacto.
salud!