Cuando te das cuenta de que todos los
caminos conducen al mismo destino y las flechas te atraen al mismo norte
magnético donde todo al final muere indefectiblemente, se marchita, caduca,
sentís como una pesada losa se apoya sobre tus hombros y pensás en lo largo del
viaje y en el poco tiempo que te tomará recorrerlo.Y te resultarán
vertiginosas las imágenes que se te aparezcan de como a veces se te pasa todo
de largo una vez subido al tren de las rutinas. Pero después de un momento se
te aparece lo magnifico y maravilloso del paisaje, que al final te alcanza y
todavía tiene algunas monedas que darte de vuelto a pesar de lo difícil que te
resultó creer que debas vivir tanto. En los jardines de Montserrat hay dos
palmeras y yo me siento a ver, a matar el tiempo mientras me muero como todo y
todos.
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