24 de septiembre de 2012

This machine kills fascists


woodie´s boogie
 
  no me malinterpretes, respeto mucho a los cantautores de los 60 y de los 70, los admiro y les debo gran respeto. como no hacerlo. había que tener un buen par de huevos para pararse frente a un auditorio en malas épocas políticas empuñando solo una guitarra acústica amplificada con micrófonos de aire y cantando metafóricamente acerca de las mieles de la revolución del amor y de la bohemia libertaria, arriesgando el pellejo. mis respeto debo a todos los grandes poetas como serrat, silvio, pablo milanés, paco ibañez, lluis llach. a todos. todos lo que existieron desde dylan en sus comienzos hasta josé larralde, pasando por sabina y rubén blades hasta llegar a los tigres del norte o donovan. los respeto a todos y siento el mensaje, pero no me basta. muchos de sus poemas son magníficos tanto musical como intelectualmente hablando, han hecho meya en el consiente colectivo alojándose en el más entrañable cancionero popular, eso puedo advertirlo al darme cuenta de que a esta altura del partido muchas de sus canciones son verdaderos himnos de la libertad, clásicas, imperecederas e inspiradísimas baladas o ritmos de country blues o del folklore que hablan del poder arrollador del amor venciendo a todo lo que se le interponga minando su ardua carrera infinita a la quimérica meta de lograr hacer entender, al que quiera oír, que la integridad total del hombre con el hombre y viceversa, la utópica premisa natural y legítimamente humana de ser libres, amando y viviendo dejando vivir, no era imposible en aquella época de opresión y descubrimiento de la voz como pueblo, y que ni aún hoy lo es. y por eso mismo no los ignoro, porque no importa como sea transmitido el mensaje, lo importante es que la gente lo oiga y lo sienta. por eso te pido que no me malinterpretes, porque los respeto y mucho. pero no puedo evitar que me guste más recibir el mensaje a los gritos. lo asimilo de mejor manera. sobre todo, y suelo comprenderlo mejor también, si me suena en estéreo y con el volumen a 20, en lo posible, cuando voy cruzando cabizbajo a modo crucero y como un autómata el ancho paso de cebra del centro que me conduce a la zona increíble donde NADIE me conoce ni yo  conozco a NADIE, como lo hago todos los putos días de lunes a sábado a las 9 de la mañana y silbando bajito. ¿no me reconocés? soy el que esquiva más amablemente rápido a los captadores de Greenpeace.
 

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